jueves, 6 de febrero de 2020

Franz Kafka, La Condena: imposturas y engaños


Contenido:

 



1.    Introducción


Franz Kafka, doctor en leyes, funcionario de seguros y extraordinario escritor dejó para la posteridad una obra inquietante, en gran parte inconclusa y llena de matices enigmáticos. Los textos que Kafka dio por terminados abarcan unas 350 páginas, pero además, Franz Kafka dejó unas 3400 páginas de anotaciones de diarios y fragmentos literarios, entre ellos tres novelas incompletas. Conforme a las disposiciones testamentarias que dejó a su amigo Max Brod, todos esos manuscritos debían ser destruidos; el mismo destruyo gran parte de ellos que no podemos determinar con precisión. Brod en cambio no hizo caso de las indicaciones de Kafka, sino que por el contrario publicó su legado hasta donde pudo reunirlo. También se publicaron casi en su integridad las alrededor de 1500 cartas suyas que se han conservado.[1]
El texto que nos disponemos a analizar desde un punto de vista hermenéutico es Das Urteil traducida al español como La condena que en un principio llevaba el subtítulo: para señorita Felice B. Una historia que escribió Franz Kafka de un tirón en la noche del 22 al 23 de setiembre de 1912, desde las diez de la noche a las seis de la mañana.[2] Podemos decir que esta es la noche del nacimiento de Kafka como literato. Kafka define el nacimiento de esta obra como un auténtico parto:

Con ocasión de la corrección de La condena anoto todas las relaciones que me saltan a la vista en esta historia, tal como la tengo presente. Esto resulta necesario, puesto que esta narración ha salido de mí como un auténtico parto, recubierta de mucosidades y de suciedad, y tan solo yo puedo, con mi mano, penetrar hasta el cuerpo y tengo ganas de hacerlo[3]

La estructura de la obra la podemos dividir en cuatro partes principales:
·           La entrada en el relato, donde el narrador nos comenta que es domingo por la mañana y que es primavera. El protagonista ha  escrito una carta a un amigo que está en el extranjero. Es un narrador en tercera persona todo el primer párrafo, a partir de este primer párrafo y hasta que Georg es expulsado por su padre de la habitación tras la condena a muerte, el punto de vista será el de Georg, es decir en primera persona, estilo indirecto libre y de una manera subjetiva, es decir, como Georg percibe las cosas. Al final se recupera el narrador en tercera persona para mostrar el desenlace de la historia, el punto de vista del narrador anónimo es muy objetivo con las cosas que pasan o lo que piensa Georg. En esta primera parte Georg piensa en su amigo emigrado a San Petersburgo, en las cartas que le ha escrito ocultándole por ejemplo su enlace con Frieda Brandefeld entre otras cosas. También piensa en la discusión con su prometida a raíz precisamente de haber ocultado a su amigo el compromiso con ella y como al final accede a escribir al amigo contándoselo todo por las presiones de su prometida.
·           Una segunda parte en que Georg va al cuarto de su padre con intención de informarle sobre la carta que ha escrito a su amigo.
·           Una tercera  la discusión de Georg con su padre.
·           Una cuarta y última sería: veredicto, condena y muerte de Georg.

Tomando como referencia estas cuatro partes me propongo analizar hermenéuticamente el texto de Franz Kafka y responder en la medida de lo posible las preguntas que me surgen tras la lectura del texto.
Las preguntas que me surgen en primera instancia serían:
·         ¿Por qué para el narrador hay hechos que son sorprendentes e inusuales?
Por ejemplo: se nos dice que el negocio desde que no está el padre ha ido mejor y utiliza el adverbio “inesperadamente”. También cuando nos dice que el amigo se interesa por los detalles de un compromiso sobre la que Georg le había escrito diciéndole que eran personas que el amigo no conocía, aunque los detalles que relataba eran los de la relación del propio Georg, y relata     “inexplicablemente empezó a interesarse por ese acontecimiento”.
·         ¿Por qué hay tantas contradicciones en el texto?
Por ejemplo: el texto dice que el amigo no le van bien las cosas en San Petersburgo, pero dice el texto que este le escribe una carta a Georg diciéndole que se vaya a San Petersburgo pues hay muchas oportunidades comerciales; o bien dice que Georg y su padre comen todos los días juntos, trabajan juntos y por la noche pasan un rato juntos en el salón antes de acostarse y sin embargo se sorprende del aspecto que tiene su padre en el cuarto ese domingo por la mañana, que lo ve débil, demacrado, indefenso y sucio, cuando unas líneas antes nos dice que es un hombre fuerte, enérgico en su trabajo y cuidadoso de su aspecto.
·         ¿De qué se siente culpable Georg?
·         ¿Por qué el veredicto es culpable y por qué la condena a muerte?

Estas preguntas principales generan otras preguntas, espero y deseo, como diría Peter Szondi, que el mismo texto que me ha generado las preguntas me de las respuestas a dichas preguntas.


2.    Primera parte


El relato comienza ofreciéndonos unas imágenes idílicas que crean un horizonte de expectativas en el lector, este horizonte de expectativas será totalmente aniquilado a medida que avanza el relato.
Unas de las contradicciones primeras que encontramos en el texto  es la referente al negocio de amigo de Georg en San Petersburgo, nos dice el narrador al principio del relato:

Tenía una tienda [el amigo de Georg] en San Petersburgo, que al principio había ido bien pero que últimamente dejaba bastante que desear, según se desprendía de los comentarios de su amigo, que, en sus visitas cada vez menos frecuentes se quejaba sin parar.[4]

Como vemos nos dice que el negocio “al parecer” no le va bien al amigo de Georg, esto contrasta con:

Anteriormente, quizá por última vez en su carta de pésame [es decir, el amigo varias veces], había tratado de persuadir a Georg para que fuera a Rusia y le había descrito minuciosamente las posibilidades comerciales que ofrecía San Petersburgo.[5]


¿Sí al amigo le iban mal las cosas para qué intenta persuadir a Georg de que vaya a Rusia a montar un negocio? Nos surgen dos respuestas: primera, no le van tan mal las cosas al amigo y segunda, Georg que es el que nos está mostrando su punto de vista del asunto nos está mintiendo. Es evidente que parece más un deseo por parte de Georg de que al amigo le vayan mal las cosas que una realidad, de ahí también podemos deducir algunos comentarios como el que hace a la novia cuando esta le dice que el amigo tiene que venir a la boda y Georg le contesta:

–No quisiera molestarlo –explicaba Georg–; probablemente vendría, al menos así lo creo; pero se sentiría obligado, y tal vez me tendría envidia; desde  luego, se sentiría descontento y sin poder hacer nada para remediarlo, y luego debería volver solo a Rusia. Solo, ¿comprendes?[6]

Aquí aparece de nuevo como cree él que se sentirá su amigo y que sentirá, “envidia”. Parece que el “solo” dicho en este párrafo dos veces es de nuevo más un deseo de Georg de estar él el solo y que la “envidia” la siente él por la independencia de su amigo, y no como él que vive en la casa de su padre.
Avanzamos en la historia y la novia de Georg insiste en que el amigo tiene que saber lo de su compromiso de bodas, que incluso lo amenaza con romper el compromiso si no se lo comunica. Es como sí ella notara que Georg se avergüenza de ella, como sí ella nada más fuera un instrumento, el vehículo que necesita Georg para llevar a cabo algún plan. Entonces es cuando decide escribir la carta contándole la verdad al amigo y Georg reconoce que estaba utilizando una máscara en la comunicación con su amigo: “Yo soy así –pensó–; no tiene sentido crear una imagen de mí que parezca más apropiada que yo mismo para su amistad”.
En las anteriores cartas que había escrito Georg a su amigo no le había explicado la verdad, según él, por no resultar vanidoso. Pero se extraña que el amigo le pida detalles de la relación de esa pareja de extraños que él le relata y utiliza el adverbio “inexplicablemente” también como mostrando sorpresa por el interés que muestra su amigo por alguien que no conoce. Más adelante veremos que es porque el amigo estaba informado de todo por el padre de Georg.


3.    Segunda parte


Con la carta en el bolsillo sale Georg de su habitación y se va a ver a su padre al cuarto de este.
Georg cuando entra en el cuarto del padre se sorprende “que este tan oscuro” el cuarto, parece que aquí el narrador juega con la oscuridad, como advirtiéndonos que hay algo oculto, como una traición y por lo que iremos descubriendo la hay en menor o mayor medida por parte de los dos, es decir, tanto por parte del padre como por parte de Georg.
El padre está leyendo “a oscuras”, es decir, simulando que lee como confesará más tarde a Georg:

¿Crees que leo los periódicos? ¡Mira! – y le arrojó un diario que había llevado consigo a la cama.
Era un diario viejo, de nombre totalmente desconocido para Georg.[7]

Continúa el narrador y nos dice que “sobre la mesa estaban los restos del desayuno, que casi no había probado”. Aquí empezamos a dilucidar una de las cuestiones principales de la obra y es la voluntad de poder de Georg, lo que en términos freudianos diríamos el deseo de castración y muerte simbólica del padre por parte del hijo, es decir, destronar al padre.
Georg le comenta a su padre que ha decidido escribir a su amigo de San Petersburgo anunciándole su compromiso con Frieda Brandenfeld, le dice que en un principio había pensado en no decirle nada sobre su compromiso por no añadir más dolor a su situación, pues el amigo se encuentra solo y enfermo en San Petersburgo y la noticia del compromiso de Georg, según este, podría parecer que le echaba en cara su felicidad. “¿Ahora has cambiado de idea?”  Le dice el padre, a lo que Georg le contesta que “si es realmente amigo mío la alegría de mi compromiso ha de ser también una alegría para él”, es decir hay dudas de que sea su amigo. Hasta aquí Georg ha tenido varios pensamientos sobre su padre del tipo: “Mi padre es un gran hombre”, “en el trabajo es otro hombre; que imponente resulta aquí sentado, con los brazos cruzados sobre el pecho”. Pero a partir de aquí, que el padre empieza a recriminarlo y Georg lo primero que piensa es que tiene la boca “desdentada”, signo de ancianidad y también como los niños pequeños.
El padre le dice que le diga toda la verdad y que no quiere sacar asuntos turbios y desagradables. Pero empieza a enumerarlos, le habla que en el trabajo hay muchas cosas de las que no está informado, es decir, piensa que Georg no se lo cuenta todo, que hay una desconfianza de este hacia él. A continuación el padre le comenta lo de la muerte de la madre y le dice que para él ha sido mucho más duro que para Georg. ¿La muerte de una madre más importante para su marido que para su hijo? Está acusando a Georg de no tener buenos sentimientos. Seguidamente le dice el padre: “te ruego no me engañes” […] ¿Existe realmente ese amigo tuyo en San Petersburgo?”[8] Georg desconcertado decide cambiar de tema. Parece aparcar de momento el tema del amigo y comienza a  tratar a su padre como un niño o como un anciano senil que ha perdido sus facultades de razonar, según se vea y todos estos movimientos son claves en el veredicto final del padre de Georg como juez:

¿Sabes lo que pienso? [dice Georg] Que no te cuidas lo suficiente. La edad exige ciertos cuidados. Eres imprescindible en el trabajo [lo está engañando, pues anteriormente nos ha dicho el narrador que los negocios habían mejorado desde que su padre no estaba tan pendiente de ellos, es cierto que nos dice han mejorado “inesperadamente”. Sabemos que la visión del narrador es la de Georg][9], lo sabes perfectamente; pero si el trabajo es perjudicial para tu salud, mañana mismo cerramos. Y eso no nos conviene [se contradice primero la salud, dice, y a reglón seguido no se puede permitir cerrar el negocio] No puedes seguir viviendo así. Has de modificar ciertos hábitos [parece un padre riñendo a un hijo]. […] Apenas pruebas el desayuno, en vez de alimentarte como es debido [reprimenda del que ostenta el poder, del que sabe lo que te conviene y lo que no, como hemos dicho igual que un padre con un hijo menor]. […] ¡No, padre! [continúa increpándolo] Llamaré al médico, y seguiremos sus indicaciones [se quiere ayudar de una autoridad para dar su golpe de estado]. Cambiaremos de habitación: pasaras al cuarto de delante, y yo a este [es decir el simbólicamente coge el trono y pasa a ser el cabeza de familia]. […] Ven, te ayudaré a desvestirte [cómo a un niño]. O si prefieres ir ya a la habitación delantera, puedes acostarte en mi cama. Sería lo más sensato [es decir ocupar el lugar que le corresponde según Georg y aceptar que ya no es el rey].[10]

 Vemos la estrategia de Georg para desacreditar al padre, quizás ya lo había empezado hacer delante del personal del negocio de ahí el comentario del padre de que le ocultaban cosas en el trabajo. Georg continúa con su estrategia de minusvalorar a su  padre:

Georg había hecho sentar nuevamente a su padre y le había quitado con sumo cuidado los pantalones de lana que llevaba encima de los calzoncillos, así como los calcetines. Al ver la escasa pulcritud dela ropa interior, se reprochó su descuido. Era su deber cuidar que su padre dispusiera de ropa interior limpia [igual que la de un padre con su hijo].
[…] Llevó al padre hasta la cama. Sintió una gran angustia al notar durante el trayecto hasta la cama del padre jugaba con la cadena del reloj que cruzaba su pecho. Ni siquiera podía acostarlo, tan firmemente se había aferrado a la cadena [tiene el padre más fuerza de lo que Georg cree].
Pero cuando el anciano se acostó, todo pareció de nuevo en orden. Él mismo se cubrió y se subió las mantas más arriba de los hombros, lo que era insólito en él [sí Georg sabe que es “insólito” que se cubra los hombros es porque ha visto a su padre más veces en su cama ¿espía Georg a su padre cuando duerme?].[11]

El padre de Georg, ve toda esta estrategia para desacreditarlo, para usurpar su lugar en los negocios y en su casa:

– ¿Estoy bien tapado? – preguntó el padre, como si no pudiera ver si tenía los pies arropados.
– ¿Te sientes mejor en la cama? – dijo Georg, y le arropó con cuidado.
– ¿Estoy bien tapado? – preguntó nuevamente el padre; sumamente interesado en la respuesta.
– No te preocupes, estás bien tapado.
– ¡No! – exclamó el padre el padre bruscamente.
Apartó las mantas con tal fuerza que cayeron al suelo y sed puso de pie en la cama, apoyándose con una mano en el techo [queda Georg prácticamente a los pies de su padre, no olvidemos que Georg está inclinado sobre la cama].
– Quisieras cubrirme, bien que lo sé [se puede interpretar esta afirmación del padre de dos maneras y las dos dejan en mal lugar a Georg, una simplemente sería pasar por encima del padre, es decir relegarlo a estar por debajo de él y otra seria desear su muerte y cubrir su cuerpo con un ataúd y tierra encima de este. No olvidemos tampoco, que cuando se produce fallecimiento, lo primero que se hace en el rito judío es cubrir completamente el cuerpo]; pero todavía no estoy acabado [dice el padre]. Y aunque sean mis últimas fuerzas para ti son suficientes, demasiadas casi.[12]

La postura superior que adopta el padre encima de la cama y estas últimas palabras que acaba de pronunciar marca el comienzo del juicio que el padre hará a Georg. Paralelamente a este episodio de la cama Georg ha intentado que el padre recordara a su amigo de San Petersburgo, en el siguiente apartado analizaremos esta conversación paralélela que han llevado Georg y su padre y que va a desembocar al mismo punto del párrafo anteriormente estudiado.


4.    Tercera parte


Como habíamos visto Georg entra en la habitación del padre con intención de decirle que acababa a escribir a su amigo de San Petersburgo anunciándole su compromiso de boda, pero antes de mandar la carta quiere saber la opinión de su padre sobre el asunto. Su padre le dice que no lo engañe, que le diga la verdad y sí es cierto que tiene un amigo en San Petersburgo.
– Georg – dijo el padre en voz baja, sin moverse.
Georg se arrodilló junto a su padre; al mirar su fatigado rostro vio que le estaba mirando de reojo.
– No tienes ningún amigo en San Petersburgo.
Siempre has sido un bromista y esta es otra de tus bromas. ¿Cómo podrías tener un amigo allí? No puedo creerlo [parece que el padre usa un tono irónico para provocar la reacción del hijo, pero este no parece entrar en el juego del padre].
– Intenta recordar – dijo Georg, […] pronto hará tres años que mi amigo vino a visitarnos. Tú no le tenías mucha simpatía. En dos ocasiones te oculte su presencia [¿le oculto su presencia por qué no le caía bien al padre o por qué Georg tenia celos del amigo? Más adelante espero aclararlo todo], mientras estaba conmigo en mi habitación. Tu antipatía hacia él no era sorprendente, ya que mi amigo es bastante raro [vuelve a parecer más el deseo, la voluntad de Georg de que su amigo tenga defectos que la realidad. Recordemos  que el texto refleja la mirada subjetiva de Georg]. Pero luego te llevaste bien con él [tan bien que a partir de ahí Georg y su amigo enfriaron su relación y empezaron a distanciarse].[13]

Y en este punto retomamos el final del apartado anterior, es decir en el inicio del juicio a Georg por parte de su padre.
El padre está de pie en la cama, por debajo está Georg, como el reo enfrente del juez este en una tarima y el otro a ras de suelo.
Dice el padre:

Conozco muy bien a tu amigo. Habría sido como un hijo para mí [cosa que Georg sospechaba o sabía y no podía soportar y por ello el distanciamiento]. Por eso mismo tú lo traicionaste, año tras año. ¿Por qué si no? ¿Crees que no lloré nunca por él? [por el mal comportamiento de su propio hijo] Por eso te encierras en el despacho, […] para escribir tus falsas cartas a Rusia. Pero un padre sabe leer los pensamientos de un hijo [el padre ha adivinado todos los planes del hijo y se dispone a condenarlo por ello].[14]

Añade el padre a la acusación el hecho de que quiera casarse para hundir aún más la moral del amigo, que posiblemente, no puede reunir el suficiente dinero para poderse casar él.
Acusa a Georg de oportunista de casarse con la primera que le ha dicho que sí para así abandonar a su padre y humillar a la vez al amigo que él sabe amado por sus padres:

– Escúchame – grito el padre.
[…] – Ella se levantó las faldas – dijo el padre con voz estridente –, ella se levantó las faldas así, la muy guarra. Ella se levantó las faldas y tú cediste; y parta gozar con ella mancillaste la memoria de tu madre, traicionaste a tu amigo y tendiste en el lecho a tu padre para que no pudiera moverse. Pero ya ves que aún puede moverse.[15]

Este párrafo muestra la síntesis de los delitos  de los que es acusado Georg.
El padre continúa con su alegato acusatorio y aclarando la situación sobrevenida por el comportamiento de su hijo hacia su amigo, hacia él y hacia la madre de Georg:

– ¡Pero tu amigo no fue traicionado! – exclamó el padre, señalándole con el índice [dedo acusador de la ley] –. ¡Yo era su representante aquí![16]

Se indigna Georg al sentirse traicionado por su padre, pero también se da cuenta que han descubierto su juego, su plan digámosle “maquiavélico” de tener el control de todo: negocio, casa y su vida. Esto último es una cuestión también central, pues el padre de Georg ejerce sobre la vida de este una influencia capital desde el terreno económico como desde un punto de vista Psicológico.
Georg se siente traicionado y descubierto, exclama:

– ¡Farsante! – Exclamó Georg sin poder evitarlo; comprendió su error demasiado tarde; se mordió la lengua, con los ojos desorbitados y las rodillas temblorosas [como cuando un acusado presiente que lo van a condenar].[17]

El padre sigue con  su alegato, ahora como perjudicado por el “mal comportamiento de su hijo”, se justifica:

– ¡Sí, claro que representé una farsa! ¡Una farsa! ¡Adecuada palabra! ¿Qué otro consuelo le quedaba al pobre padre viudo? Dime y trata de ser, por lo menos al contestarme, lo que alguna  vez fuiste, mi verdadero hijo: ¿qué podía hacer, en mi cuarto del fondo, acosado por empleados desleales, viejo y decrepito? Y mi hijo se paseaba jubilosamente por el mundo, cerraba operaciones que yo había previamente preparado, se pavoneaba y se presentaba ante su padre con una expresión de hombre importante. ¿Crees que yo no te habría querido, si no te hubieras empeñado en alejarte?[18]

Aquí vemos claramente lo que Freud llama la castración simbólica del padre por parte del hijo. En su caso Georg va apartando a su padre del primer plano e incluso podríamos decir que lo desacredita delante de los empleados y al igual que un padre más preocupado por sus negocios que por su hijo, al que le dice siempre “que no tiene tiempo”, “que está muy ocupado” se va distanciando de su hijo, Georg lo hace con su padre.
En este punto Georg descubierto, desarmado y sin escapatoria se encomienda al hecho fortuito –como un niño incapaz de afrontar la realidad– como medio de liberación de su problema:

‹‹Ahora se inclinará hacia delante – pensó Georg –;  si se cayera  y se rompiera la crisma…›› […] El padre se inclinó hacia delante pero no se cayó. Al ver que Georg no se acercaba, como había esperado volvió a erguirse [el padre espera un último gesto de Georg para poder perdonarlo y Georg no lo hace].
– Quédate donde estás; no te necesito. Piensas que todavía tienes fuerza suficiente para acercarte y te quedas ahí solo porque así lo deseas. Te equivocas. Yo sigo siendo el más fuerte [por ello lo puede condenar, tiene el poder].

Ahora el padre se retrotrae a cuando la madre de Georg estaba viva y al conflicto surgido entre Georg y su amigo:

Yo solo tal vez hubiera tenido que hacerme a un lado; pero tu madre me transmitió hasta tal punto su fuerza, que establecí una estrecha relación con tu amigo, y tengo metidos a todos tus clientes en el bolsillo.[19]

Por estas palabras podemos deducir que los padres de Georg desde un principio apreciaron que la conducta de su hijo hacia su amigo y posiblemente hacia ellos no era la más correcta y dejaba ver el deseo de arrinconar a sus padres y torpedear toda ayuda de sus padres hacia un posible regreso a Praga por parte de su amigo desde San Petersburgo. Por el desarrollo de la historia que hemos visto los padres de Georg conocen al amigo tres años antes de este domingo de primavera que se está desarrollando este “juicio”. Ven que el amigo está solo en San Petersburgo, posiblemente aunque el negocio no le va mal del todo el regresaría a Praga pues allí se siente muy solo y es un emigrante, regresaría a Praga para estar más cerca de sus amigos y conocidos, pero necesita una ayuda pues sería prácticamente volver a empezar de cero. Por ello espera el ofrecimiento de ayuda por parte de Georg, cosa que no sucede y es cuando los padres de Georg se sienten avergonzados del comportamiento de su hijo y deciden ser ellos los que allanen el camino de regreso del amigo a Praga.
La última frase de la cita nos dice que Georg no tiene nada pues “sus clientes” los tiene el padre en “su bolsillo” dispuestos para cedérselos a su amigo cuando regrese de San Petersburgo.
Una vez aclarado por parte del padre que Georg no tiene nada, el padre arremete contra la novia de Georg, a la que el juzga  interesada en el dinero y la posición de Georg y a la vez de haber sido un objeto de este para la maquinación de su plan: “¡Atrévete a presentarte ante mí con tu novia! ¡La arrancaré de tu lado, ya lo veras!”[20]
Georg no contesta no hace ningún intento de defenderla ni justificarse. “Quien calla otorga”.


5.        Cuarta parte


Una vez presentado todos los cargos contra Georg, el padre se decide a emitir el veredicto y la condena en su alegato final:

– ¡Qué gracia me has hecho al preguntarme si podías anunciar tu compromiso a tu amigo! ¡Él ya lo sabe todo, estúpido! Yo le escribí, porque te olvidaste de quitarme el papel y la pluma [lo está acusando de quitárselo todo o al menos de haberlo intentado]. Por eso no viene desde hace tantos años, porque sabe todo lo que ocurre mejor que tú; con una mana rompe tus cartas sin leerlas, mientras con la otra abre las mías [por eso el amigo le preguntaba por los detalles la relación que Georg le había comentado en sus cartas, para contrastar lo que le decía Georg por un lado y el padre de este por otro, es decir sí que leía las cartas de Georg, aunque solo fuera para comprobar su traición y sus mentiras].
[…] – Hace años que espero que vengas a preguntármelo [el padre esperaba que Georg se diera cuenta que el padre seguía teniendo relación, aunque fuera epistolar con el amigo]. ¿Crees que me importa alguna cosa en el mundo?
[…] – ¡Cuánto tiempo has tardado en abrir los ojos! Tu madre murió antes de poder ver ese momento gozoso [de ser puesto todos los hechos sobre la mesa y de ver el castigo que se le va infringir a Georg por su proceder tanto con su amigo, como con ellos los padres]; tu amigo está muriéndose en Rusia, hace tres años ya estaba amarillo como un cadáver, y yo ya ves cómo estoy.
– Entonces, ¿me has estado espiando todo el tiempo? – exclamó Georg.
Apenado [fracasado en el proyecto de hacer que su hijo ante todo sea una persona de valores y no un egoísta sin escrúpulos], como sin darle importancia, el padre dijo:
– Seguro que hace mucho que querías decirme eso.
Pero ya no importa.
Y luego añadió con más energía:
– Ahora sabes que hay otras cosas en el mundo, porque hasta ahora solo te has preocupado de las tuyas. Eras un niño inocente, pero es cierto que también has sido un ser diabólico. Por lo tanto, te condeno a morir ahogado.[21]

El veredicto del padre [juez] hacia Georg es: culpable de no cumplir el cuarto mandamiento con sus padres, de haber pecado de Soberbia y Envidia hacia su amigo y de Lujuria con la novia. Siendo todo estos pecados Capitales, el Padre [juez] lo condena a muerte.
Georg sale corriendo a cumplir con su condena y tras de sí sintió el ruido de su padre que se deja caer en la cama, es evidente que el padre muere tras el esfuerzo que ha hecho para condenar a su hijo:

– ¡Dios mío! – gritó la mujer [la criada que entraba al cuarto del padre a limpiar]  tapándose la cara con el delantal; pero Georg ya había desaparecido.
Salió corriendo y cruzó la calle hacia el agua [Símbolo de la vida y de limpieza. Con el agua pretende Georg limpiar su culpa. En todas las religiones el agua limpia las culpas; en unas mediante el bautismo se limpia el pecado original,  ese mismo bautismo que es la adhesión a una comunidad religiosa, en otras es símbolo del paso de la niñez a la edad adulta como en el judaísmo es el Bar Mitzvá[22] . También entre los judíos existe el baño de purificación Mikvé[23]]. Ya estaba aferrado a la baranda […] La soltó limpiamente, como correspondía al atleta que para orgullo de sus padres había sido de joven [a los que de adulto decepcionó]. Se sostuvo un instante, con las manos temblorosas; acechó entre los barrotes de la baranda la llegada de un autobús, cuyo ruido ahogaría el de su caída [quiere que todo pase como inadvertido, silenciosamente, que su muerte no se note, como intentando que desde su muerte la vida que ha tenido también se silencie, como sí sintiera vergüenza de su vida]; exclamó con voz baja: ‹‹Queridos padres, a pesar de todo, siempre os he amado››, y se dejó caer.
En ese momento una larga fila de vehículos pasaba por el puente [la vida continua, no se para].[24]

El complejo de inferioridad, el deseo no cumplido de una buena relación con el padre y su sentimiento entre culpa y vergüenza, pudiera ser la clave del porqué Georg se sometió sin condiciones a la sentencia. Es paradójico por ello que el deseo Georg de conseguir el poder pasaba por la muerte de su padre y que este muera después de dictar sentencia sin que lo sepa este, si Georg no hubiese cumplido con premura la sentencia habría alcanzado sus deseos.

6.    Conclusión


Lo que hemos ido descubriendo en el relato es el deseo frustrado de Georg por  alcanzar el  poder, deseo y voluntad de poder que nos dicen W. Benjamin y Theodor W. Adorno que están siempre presentes en los relatos de Franz Kafka. Por eso más que mostrar la realidad de la situación de su amigo o de su padre lo que refleja es su deseo de cómo deberían de ir las cosas.
El relato, nos muestra también el temor en cierta forma lo que él se imagina  que podría pasar en el peor de los casos lejos de su padre –aunque él por el poder o por celos haya hecho lo posible por mantener a su amigo alejado de Praga– y es que podría llegar incluso a enfermar como el amigo o fracasar en un negocio empezado de cero por él. Otra opción que maneja para poder conseguir su propósito final es el matrimonio con Frieda Brandenfeld, obteniendo una victoria social como también la posibilidad de tener hijos y así por un lado la honorabilidad de ser padre, por otro la posibilidad de perdurar en el tiempo mediante sus hijos y una independencia de su padre. Pero ante el rechazo frontal esta  relación por parte de su padre y el más que seguro nulo apoyo económico al matrimonio que pudiera surgir de ella, hace solo le quede la opción, la esperanza de la muerte del padre o la incapacitación de este y con ello la herencia del negocio y la independencia total de su padre. Estos pensamientos, estos deseos de muerte hacia su padre, son descubiertos por el propio padre, que además sabe del mal comportamiento de su hijo con el amigo y posiblemente con su madre, de ahí el llamarlo “ser diabólico”[25] y el condenarlo a muerte. Georg que reconoce su culpa acepta morir, en un gesto de arrepentimiento y remisión de la culpa y dándose cuenta de que no ha actuado bien, que la ambición lo ha corrompido y dice a modo de despedida del mundo: “Queridos padres, a pesar de todo, siempre os he amado”,[26] y se deja caer desde el puente al rio. Esta caída también es simbólica, es el reflejo de su hundimiento como ser humano por la pérdida de valores y la falta al cuarto mandamiento como hemos comentado más arriba.
Todo este pequeño resumen de la obra que acabamos de hacer no es más que el retrato de la relación de Franz Kafka con su padre eje central de su vida,  cuando digo eje central me refiero a que esta relación condiciona todos los aspectos de la vida de Franz Kafka, desde el literario, el laboral, los estudios de derecho, la relación con su familia hasta las relaciones con las mujeres y su intención de contraer matrimonio con alguna de ellas. Todas estas circunstancias las encontramos anotadas en lo que podríamos llamar su “autobiografía” que es Carta al padre[27] , en ella Kafka relata episodios de su vida que encontramos reflejados claramente en la Condena.
Podemos pensar por analogía que el personaje del amigo está basado en su cuñado Karl Hermann, marido de la mayor de sus hermanas Elli, al que los padres de Kafka dieron gran parte de la dote de su hija para que fundara en 1911 la Prager Asbestwerke Hermann & Co –la Co era Franz Kafka, al que los padres impusieron a Hermann como socio aportando el resto del capital necesario para fundar la empresa–, una fábrica que se dedicaba hacer material de aislamiento cuya materia prima era el amianto. Kafka nunca estuvo interesado en la fábrica y eso le trajo algún que otro encontronazo con sus padres y más en concreto con su padre.[28]
La novia de la que en la obra no se dice mucho, solo que obliga a Georg escribir la carta al amigo de San Petersburgo explicando el compromiso y la futura boda entre ambos. Kafka dice que la obra se la dedica a la que en ese momento es su “novia”, Felice Bauer, de hecho las iniciales del nombre y apellido de la novia de Georg coinciden Frieda Brandenfel, también Georg, dice Kafka en una carta a Felice, tiene tantas letras como Franz. En esta carta Kafka explica todo estos detalles. También en su diario escribirá 11 de febrero de 1911:

Georg tiene tantas letras como Franz. En el apellido Bendemann, mann [Mann en alemán significa hombre, varón] solo es un refuerzo de Bende, de posibilidades todavía desconocidas en la historia. En cuanto a Bende, tiene el mismo número de letras que Kafka, y la vocal e se repite en los mismos lugares que la vocal a en Kafka.
Frieda tiene tantas letras como F [sic] y la misma inicial [juego de palabras entre el nombre de mujer Frieda y la palabra Friede (paz), con el nombre de mujer Felice (felicidad)]. El apellido Brandenfel tiene la misma inicial que B [sic]. Y a través de Feld también mantiene cierta relación por su significado [en alemán, Feld significa ‹‹campo››, ‹‹cultivo›› y Bauer significa ‹‹campesino››][29]

En cuanto a relación que hemos visto reflejada en la obra de Georg con su padre se podría extrapolar a la relación complicada de Franz Kafka con su padre. Kafka escribe en la Carta al padre: “Lo que yo escribía trataba de ti, solo me lamentaba allí de lo que no podía lamentarme reclinado en tu pecho”.[30] También este texto está lleno de autoinculpaciones parecidas a la que siente Georg al final del relato que hemos analizado.
Otro de los temas que trata en la Carta al padre es el de la emancipación o independencia de su padre  a través del matrimonio, a pesar de que a Kafka la idea del matrimonio y tener hijos le aterraba. Leemos en la Carta al Padre:

no mostré clarividencia alguna en cuanto a la importancia y la posibilidad de un matrimonio; ese terror, el mayor de mi vida hasta ahora, se apoderó de mí de un modo casi completamente inesperado. […] Pero en realidad, los intentos de contraer matrimonio fueron el más grandioso y esperanzador intento de salvación […] también el matrimonio me parecía algo impúdico.[31]

También podemos encontrar referencia a cuando el padre de Georg dice que la novia “se levantó las faldas” para conquistarlo, una similitud con una frase que le dice el padre cuando Kafka le anunció su último proyecto matrimonial y que seguro le había sentido comentar en alguna que otra conversación a lo largo de su vida y no tiene por qué estar relacionada siempre con Kafka: “Probablemente se pensó muy bien la blusa que se ponía, de eso entienden mucho las judías de Praga, y acto seguido, tú decidiste naturalmente casarte con ella”.[32]
 Pero sea como sea, Kafka se independizó de su padre –aunque no económicamente, sí moralmente, podemos hasta afirmar que se vengó de él– a través de su escritura. Por ello refiriéndose al último párrafo de La condena, Max Brod sostiene que Kafka, con la última frase de la historia una larga fila de Vehículos pasa por el puente”, pensó realmente en un fuerte orgasmo. Así se nos muestra una variante muy sorprendente y es que la condena significa simbólicamente "el corte de cordón umbilical" de la casa de sus padres y presenta esa “la larga fila”–que sería la corriente de la vida, es decir la vida que continua, que no se para– como una nueva vida. El significado simbólico de "el corte de cordón umbilical" se sostiene a lo largo de la historia, a la mitad del relato nadie se imagina una posible muerte de Georg y esta puede ser el alivio del desprendimiento de la casa de sus padres – por parte de Kafka–. El salto del puente al río, al agua que corre y que desde la antigüedad es un lugar simbólico relacionado con el renacimiento, de una nueva vida, se funde igualmente con el presagio de la entrada en su vida de la mujer elegida –Felice Bauer– Digamos pues que para F. Kafka este suicidio de Georg Bendemann es como el ritual de su renacimiento.[33]





7.      Bibliografía


Kafka, F., (1983) Escritos de Franz Kafka sobre sus escritos. Barcelona. Editorial Anagrama. Recopilados por Eric Heller y Joachim Beug
Kafka, F., (1988) La condena. Dentro de La Metamorfosis y otros relatos. Barcelona. Ediciones Orbis, S.A. Trad. Julio Izquierdo
Martínez Salazar, E. y Yelin J. (2013) Kafka en las dos orillas. Zaragoza. Prensas de la Universidad de Zaragoza
Stach, R., (2003) Kafka, los años de las decisiones. Madrid. Siglo XXI de España Editores, S.A. Trad. Carlos Fortea
https://incientificasypsicoterapia.blogspot.com/2014/04/franz-kafka-carta-al-padre-y... https://es.wikipedia.org/wiki/La_condena_(novela)
https://www.fiestajudia.com/ceremonias/mikve.shtml
https://www.lakehile.com/tradiciones-y-rituales.html
 



[1] Reiner Stach, (2003). Kafka. Los años de las decisiones. Introducción, pp. 11-12. Madrid. Siglo XXI de España Editores, S.A. Traducción de Carlos Fortea
[2] Franz Kafka, (1983). Escritos de Franz Kafka sobre sus escritos. Recopilados por Eric Heller y Joachim Beug, p.17. Barcelona. Anagrama.
[3] Ibídem, p.20. Vid. Tagebücher 1910-1923. En: Franz Kafka, Gesammelte Werke. Edición de Max Brod. Frankfurt/ Main, 1964, p. 296
[4] Franz Kafka, (1988). La condena, dentro de La metamorfosis y otros relatos, p. 103. Barcelona. Ediciones Orbis, S.A.
[5] Ibídem, pp.105-106
[6] Ibídem, p.106
[7] Ibídem, p.116
[8] Ibídem, p. 110
[9] Vid: Ibídem, p. 105
[10] Ibídem, pp. 110-111
[11] Ibídem, pp. 112-113
[12] Ibídem, p. 113

[13] Ibídem, pp. 112-113
[14] Ibídem, p. 113
[15] Ibídem, p. 114
[16] Ibídem, p. 114
[17] Ibídem, p. 114
[18] Ibídem, p. 115
[19] Ibídem, p. 115
[20] Ibídem, p. 115
[21] Ibídem, pp. 116-117
[22] Vid: https://www.lakehile.com/tradiciones-y-rituales.html
[23] Vid: https://www.fiestajudia.com/ceremonias/mikve.shtml
[24] Franz Kafka, (1988). La condena, dentro de La metamorfosis y otros relatos, op. cit. 117
[25] Ibídem, p. 117
[26] Ibídem, p. 117
[27] Franz Kafka, [1919]. Carta al padre y otros escritos. Extraída de Internet: https://incientificasypsicoterapia.blogspot.com/2014/04/franz-kafka-carta-al-padre-y.
[28] Reiner Stach, (2003). Kafka. Los años de las decisiones. op. cit. pp. 50-56; 160-161. Vid. también: Franz Kafka, [1919]. Carta al padre y otros escritos. op. cit. p. 2
[29] Franz Kafka, (1983). Escritos de Franz Kafka sobre sus escritos .op.cit pp. 21 y 23. Vid.: Tagebücher 1910-1923. En: Franz Kafka, Gesammelte Werke. Edición de Max Brod. Frankfurt/ Main, 1964, p. 296 y s. Vid. También: Briefe an Felice. Edición de Herich Heller y Jürgen Born. En: Franz Kafka, Gesammelte Werke. Edición ded Max Brod. Franckfurt/Main, 1967
[31] Franz Kafka, [1919]. Carta al padre y otros escritos .op. cit. pp. 23-25
[32] Ibídem, p. 25
[33] https://es.wikipedia.org/wiki/La_condena_(novela).Vid: Franz Kafka. 1983). Escritos de Franz Kafka sobre sus escritos. Óp. cit. p. 18.También vid. Max Brod (1966), Uber Franz Kafka. Frankfurt/Main, p.114