NO
SE PUEDE IMAGINAR LO QUE NO EXISTE[1]
ANÁLISIS
DEL POEMA NIÑA AHOGADA EN EL POZO
DE
FEDERICO GARCÍA LORCA
Pregunta:
¿Qué relación hay entre el agua y la muerte en el poema?
Corpus:
Niña ahogada en el pozo
Esquema del
planteamiento:
·
Época
en que se escribió.
·
Momento
artístico del autor.
·
La
muerte vista por el autor.
·
Los
símbolos: agua, luna, muerte, etc.
·
Compresión
del poema hermenéuticamente.
·
Conclusión.
Horizonte:
tratar de desentrañar la relación poeta-poema-muerte.
Proceso de compresión:
analizar verso por verso buscando palabras claves y símbolos que permitan la
compresión del poema.
1.
Época
en que se escribió.
Niña
ahogada en el pozo es un poema escrito por Federico en su
estancia en la ciudad de Nueva York, el
subtítulo Granada y Newburg sugiere que los paisajes
que le evocaron el poema, los de Newburg le recordaban a la Granada rural, lo
cual según Ángel del Río,[2]
hace equivocadamente, pues sitúa el poeta a Newburg en la zona de Castkill,
esta sí una zona con grandes pozos cerca de la granja donde Lorca pasaba unos
días de vacaciones, pozos parecidos a los de
Granada. Niña ahogada en el pozo se escribió en diciembre de 1929 [el poeta
estaba en Estados Unidos desde finales de junio de ese mismo año], en el campo
de Vermont, junto al poema El niño
Stanton, se refieren a niños de la granja de Bushnellsville, cerca de
Shandaken, donde se alojaba Lorca. Federico localiza estos poemas en Newburg
donde fue a visitar a Onís[3] después
de dejar a Ángel del Rio, por el desconocimiento
posiblemente de la comarca o por una sonoridad preferida por el poeta en el
subtítulo. Otro poema de la misma sección (Sec. V. En la cabaña del Farmer.
Campo de Newburg[4]) Vaca, sabemos que fue inspirado por un
hecho ocurrido en Vermont. En otras secciones del poemario tampoco queda clara
la geografía de estas.[5]
Lorca en una de sus conferencias
recital, sobre Poeta en Nueva York,
comenta sobre los poemas de la obra:
La calidad de una poesía de un poeta no se puede apreciar nunca
a la primera lectura, y más esta clase
de poemas que voy a leer que por estar llenos de hechos poéticos dentro exclusivamente de la lógica lírica y
trabados tupidamente sobre el sentimiento humano y la arquitectura del poema, no son aptos para ser comprendidos
rápidamente sin la ayuda cordial del
duende.[6]
El
duende que sustituye las musas
del Parnaso. El término duende es típico
en el flamenco o en Andalucía, para
referirse a un artista que tiene mucha calidad o incluso que aporta algo
diferente al arte que cultiva. Esperemos
que el duende nos ayude también a nosotros a desentrañar la metáfora en este
poema de Federico García Lorca.
2.
Momento
artístico del Autor.
Ante la conclusión que
podríamos extraer de una primera aproximación a la obra en conjunto, el eje
central no es la ciudad de Nueva york, sino la interioridad del poeta. Así lo
indica las constantes referencias que hace el autor, “un poeta que soy yo,”
como dice en sus conferencias recital o en referencia al título de la obra,
donde dice que en vez de titularse la obra “Poeta en Nueva york, tendría que
haberse titulado, Nueva york en un poeta.”[7]
También la presencia de dibujos del autor en la obra donde abundan los
autorretratos, figura del poeta de forma esquemática. Se aprecia una clara influencia
del surrealismo francés en sus poemas, la obra poética lorquiana está llena de
símbolos propios de los gustos tradicionales, aunque el autor cambia esta
simbología dándole matices propios únicos y vanguardistas. Aportando con ellos
un aire fresco y moderno a la poesía española del primer tercio del siglo XX.
La poesía de Lorca se define por unas claves genuinas y peculiares con un tema
central, la frustración. Lorca escribía sobre la búsqueda de los orígenes, el
amor, el sexo y la muerte. Su poesía es el reflejo del sentimiento trágico de
la vida.
Lorca conjuga perfectamente la tradición y la
renovación de la poesía, podemos encontrar en su obra influencia de poetas de
épocas pasadas como Quevedo, Góngora, Fray Luis o Garcilaso, pero también de
artistas más contemporáneos de nuestro poeta como Juan Ramón Jiménez, Rubén
Darío o Antonio Machado; y como hemos
dicho más arriba lo mezcla con el surrealismo francés y la tragedia ancestral
andaluza, produciendo una poesía única.
La máxima del
surrealismo, es que la obra debe asombrar al receptor mediante la unión de
elementos no conjugados hasta la génesis de un nuevo proyecto, y en el conjunto
de la obra Poeta en Nueva York, se
deja sentir. Muchos de los poemas cumplen
con este precepto surrealista. Pero eso sí, la obra está sometida a una
configuración lógica, claramente definible en la estructura externa del libro
derivada de los títulos de las secciones. Pero también es evidente que el
contenido de sus poemas donde los temas se repiten, aunque a veces des de
perspectivas distintas, en diferentes composiciones. La visión de la ciudad, o
la expresión del sentimiento amoroso del poeta, no se agotan en una sola creación,
sino que están esparcidas a lo largo del poemario, proporcionándole una
coherencia interna difícilmente discutible.
En cuanto a la
estructura formal podemos destacar que Lorca abandona las formas tradicionales
y populares (romances, sonetos, canciones) y transmuta a formas vanguardistas
(verso libre, léxico e imágenes surrealistas).
3.
La muerte vista por el autor.
No
hay duda que la muerte está muy presente en la obra de Lorca –también su
trágico final, a modo casi premonitorio parece estar en sus composiciones –. La
muerte para nuestro poeta no es un proceso natural, un acabamiento, sino una
frustración. No ve Lorca la muerte como Jorge Manrique, para el que “llegar es
el morir”. Para Federico el morir es un no llegar, porque la muerte siempre nos
sorprende en medio de la jornada, y toda muerte es en cierto modo, para Lorca,
un asesinato, una violencia desatada. Por eso, creo que su obra está impregnada
de violencia, y es que esa violencia es la verdadera cara de la muerte.
García
Lorca habla de las muertes naturales y de las muertes violentas, pero,
premonitoriamente, se siente más atraído por las segundas. Sus personajes no
suelen morir “decentemente en sus camas”: ni los reales (Sánchez Mejías), ni
los ficticios (la Adela de La casa de
Bernarda Alba; Juan, el marido de Yerma
o Antoñito el Camborio), ni los de
personajes reales, pero de muerte ficticia (Mary de Niña ahogada en el pozo).
Un
año antes de su asesinato había confesado a Carlos Morla Lynch (1888-1969): “Yo
tengo pánico a la muerte, no por lo que venga después, que me tiene sin
cuidado, sino por el espanto que me infunde la idea que puedo “sentir” que “me voy”, que me voy a despedir a despedir de mí mismo… Yo me tengo
un gran cariño.”[8]
En
un viaje a Buenos Aires, confesará:
La
muerte… ¡Ah! en cada cosa hay una insinuación de muerte. La quietud, el silencio, la serenidad, son aprendizajes.
La muerte está en todas partes. Es la dominadora…
hay un comienzo de muerte en los ratos que estamos quietos. Cuando estamos en una reunión, hablando
serenamente, mirad los botines de los presentes. Los veréis quietos, terriblemente quietos, tienen un
obsesionante aspecto de muerte. Al ver unos
pies quietos, con esa quietud trágica que solamente los pies saben adquirir,
uno piensa: diez, veinte, cuarenta años
más y su quietud será absoluta. Tal vez unos minutos. Quizá una hora. La muerte está en ellos.[9]
Como
vemos el poeta se fija en cualquier detalle que le rodea, y en ellos refleja
ese temor a la muerte y al sufrimiento. También posiblemente a la soledad y no
hay mayor soledad que la de estar muerto, que aunque sea compartida siempre es
solitaria.
4.
Los
símbolos.
Los
principales símbolos en la poesía de Lorca son:
·
La
luna.
Simboliza la muerte pero también el erotismo y la belleza.
·
Los
metales. También es la muerte. Se asocian a las navajas que
conllevan por tanto tragedia. Clavos y alfileres. También armas de fuego que
hieren.
·
El
agua.
Estancada significa muerte, cuando corre significa vida.
·
Caballo
y jinete. La muerte aunque también el erotismo masculino y
la fuerza.
·
Caballo.
Pasión, instinto desenfrenado, Muerte.
·
La
sangre. Simboliza la vida (aunque derramada es muerte).
También fecundidad.
·
Las
hierbas y el color verde. Nos remite a la tragedia y la
muerte.
·
Pozo.
Pasión estancada, sin salida.
·
Ojos-espejo-
la luna (gran espejo del mundo)
·
Viento.
Erotismo masculino.
Hay
que añadir a estos significados Lorca le da una impronta personal, lo que
multiplica y enriquece las posibilidades
de interpretación.
Las
metáforas utilizadas por Lorca son arriesgadas y particulares, relacionan
elementos opuestos, transmitiendo sorpresa. Parecen fáciles de interpretar,
pero debido a su gran complejidad expresiva resultan difíciles y oscuras,
aunque bellas. “Hija directa de la
imaginación es la metáfora –dice
Lorca–, la hija legítima y lógica,
nacida muchas veces al golpe rápido de la intuición o en la lenta angustia del
presentimiento.” Continúa diciendo que: “es
imposible aislarse de la imaginación y la realidad.
La
metáfora no puede permanecer en el vacío ni crear relaciones donde no las hay.
La manera esencial de crear es mecanismo; necesita del orden y del límite.”[10]
En
el poema que vamos a analizar a continuación encontraremos algunos de estos
símbolos y metáforas, es un claro ejemplo de la poesía surrealista y un tanto
oscura de la última etapa del poeta.
Niña
ahogada en el pozo
(Granada
y Newburg)
Las estatuas sufren con los ojos por la oscuridad de
los ataúdes,
pero sufren mucho más por el agua
que no desemboca.
…que no desemboca.
El pueblo corría por las almenas
rompiendo las cañas de los pescadores.
¡Pronto! ¡Los bordes! ¡Deprisa! Y
croaban las estrellas tiernas. 5
Que no desemboca.
Tranquila en mi recuerdo, astro,
círculo, meta,
lloras por las orillas de un ojo de
caballo.
…que no desemboca.
Pero nadie en lo oscuro podrá darte
distancias, 10
sino afilado límite: porvenir de
diamante.
…que no desemboca.
Mientras la gente busca silencios de
almohada
tú lates para siempre definida en tu
anillo.
…que no desemboca. 15
Eterna en los finales de unas ondas
que aceptan
combate de raíces y soledad
prevista.
…que no desemboca.
¡Ya vienen por las rampas!
¡Levántate del agua!
¡Cada punto de luz te dará una
cadena! 20
…que no desemboca.
Pero el pozo te alarga manecitas de
musgo,
insospechada ondina de su casta
ignorancia.
…que no desemboca.
No, que no desemboca. Agua fija en
un punto, 25
respirando con todos sus violines sin
cuerdas
en la escala de las heridas y los
edificios deshabitados.
¡Agua que no desemboca!
5.
Comprensión del
poema hermenéticamente.
El poema se compone de
nueve estrofas, ya que el último verso aunque suelto pertenece a la última
estrofa. La rima es libre.
En el verso 1.º nos encontramos con Las
estatuas, se refiere a las
niñas muertas, blanca la piel entono
marmóreo como una estatua fría e inmóvil.. El subtítulo del poema hace
referencia a dos episodios de ahogamiento de niñas uno real y otro imaginado
por Lorca, uno en Granada que Lorca presenció como la sacaban a una niña de un
aljibe en que se ahogó, el real y otro
el de Mary, hija del granjero donde Lorca pasaba unos días de vacaciones en
Catskills, el ficticio, ya que este no ocurrió, pero que Lorca relata como si
hubiese ocurrido, puede que el poeta se identificará con la niña, con la
inocencia de ella, la muerte de esta niña también es la muerte de una parte del
Lorca anterior a su viaje a Nueva York, en el niño muerto se encarna el destino
todo poeta futuro, quien llevará dentro de sí un niño muerto y por tanto
inmortal. Continúa el verso sufren con los ojos por la oscuridad de los
ataúdes. Oscuridad, ataúd es
una clara referencia a la muerte de la niña. Oscuridad también de la
profundidad del pozo. La segunda muerte es simbólica, el poeta la vive como si
fuera su propia muerte ahogado en un pozo. No hay que olvidar que el poeta
estaba pasando una depresión, por la pugna que sostiene consigo mismo por su
homosexualidad, la angustia que siente en Granada, como un ahogo que le hace
buscar nuevos aires, y por ello decide aceptar la invitación para viajar a
Nueva York de su antiguo profesor Fernando de los Ríos.
Verso 2.º Pero
sufren mucho más por el agua que no desemboca. El agua estancada en el pozo, es el agua que no desemboca que es
la muerte –contraria al río que es la vida–, un agua fría, donde la muerte no
viene en seguida, donde el que se ahoga lucha por su vida, lucha y vida son
perdidas.
Verso 3.º Que no
desemboca. Verso que se repetirá como un estribillo en las nueve
estrofas, a modo de eco que repite el pozo, el grito de lamento del poeta “¡agua
que no desemboca!” grito que se producirá final del poema, en el verso suelto
dando esa sensación también circular del poema, cómo circular suele ser el pozo
y circulares son las ondas que se producen en el agua estancada cuando un
objeto cae dentro de esta. Esta forma circular en los poemas es muy típica en
la poesía de Lorca, poemas cerrados, casi obsesivos. Dando la sensación de algo
de lo que no se puede escapar.
Encontramos un claro
ejemplo esta circularidad en la forma de sus poemas en el Romance Sonámbulo en donde
los primeros y los últimos versos dice: Verde que te quiero verde. / Verde
viento. Verde ramas. / El barco sobre la mar / y el caballo en la montaña. El
adjetivo verde (gitano, muerte), lo
esparcirá de una forma obsesiva por todo el poema. Aquí lo hará con el agua
está estancada (muerte).
Verso 4.º El pueblo corría por las almenas rompiendo
las cañas de los pescadores.
El pueblo desesperado busca a la niña desaparecida, interrumpen a los
pescadores que tranquilos están pescando.
Verso 5.º ¡Pronto!
¡Los bordes! ¡Deprisa! Y croaban las estrellas tiernas. Increpan a los
pescadores, a la gente que impávida se queda mirando y no ayuda en la búsqueda;
hay que buscar en todas partes en los
bordes de todo, es decir en aquello a simple vista no se ve. Y croaban, el canto de las ranas
anunciando la caída de la noche; el verde de las ranas anuncia la muerte. Las
estrellas y con ellas la noche llega, reflejadas en el agua del pozo, tiernas
porque son solo unas pocas las que han salido, tierna e inocente es también la
niña que se ahoga.
Verso 7.º Tranquila
en mi recuerdo, astro, círculo, meta. La niña ahogada que Lorca vio en
Granada permanece en el recuerdo del poeta, tranquila como si durmiera. Continua
el verso astro, la luna, que es
muerte, pero también es luz en la noche, y belleza de la niña; circulo, el pozo redondo, o el circulo
que forma la luna llena; meta, el
fina de la pobre niña, que ya ha llegado a su meta, una meta demasiado cerca
del inicio, la meta de un recorrido muy corto.
Verso 8.º lloras por las orillas de un ojo de caballo. El llanto de desespero de la niña que
nadie viene a rescatar del pozo de aguas oscuras y profundas como el ojo de un
caballo, donde nos podemos reflejar como en un espejo. El caballo la muerte, a
la que la niña mira de cara, pero que no puede vencer.
Verso 10.º y 11.º
Pero nadie en lo oscuro podrá darte distancias, /sino afilado límite:
porvenir de diamante. Nadie
podrá salvar a la niña ahogada, la muerte lo oscuro a vencido. Su límite son
las redondas paredes del pozo, y encerrada entre ellas como un diamante en su
anillo encastrado –diamante que hace referencia al a belleza de la niña como un
diamante –. Su recuerdo también permanecerá perenne ligado al pozo.
Verso 13.º y 14.º Mientras
las gentes buscan silencios de almohada, / tú lates para siempre definida en tu
anillo. Mientras la gente en sus casas, ajenos a la tragedia, busca la
hora de irse a dormir, la niña siempre será recordada en su anillo que es el
pozo, late, es decir, vive en el
recuerdo ligada al pozo ¡Aquí murió! Exclamaran los vecinos al pasar por el
pozo.
Verso 16.º y 17.º Eterna
en los finales de una onda que aceptan / combate de raíces y soledad prevista.
Permanece la niña muerta, eterna, ya ha pasado a la eternidad al
dejar la vida, sola, ella sola se ha tenido que enfrentar a su propia muerte,
junto a las ondas que forma el agua cuando cae algo en ella y como las raíces
que no pueden salir de la tierra porque están clavadas en ella, la niña
permanece en el pozo sin poder salir, después de la lucha, combate, que ha tenido la niña por su vida contra el agua.
Verso 19.º, 20.º y 21.º ¡Ya vienen por las rampas! ¡Levántate del
agua del agua! / ¡Cada punto de luz te dará una cadena! /… que no desemboca. Ya han encontrado a la niña, el poeta la
interpela ¡Levántate! Parece que hay
alguna esperanza de vida, es un grito angustiado del poeta, esperanzado está el
poeta en que la niña se agarre a la luz, que posiblemente llevan los que la
están buscando de noche; que se agarre a la luz que es la vida, contraria a la
oscuridad de la muerte, la luz le dará una
cadena para escapar del pozo. Pero la estrofa acaba como todas las demás,
con el agua de muerte, con el agua estancada, con el agua que no desemboca, la
niña está muerta y ya es inevitable.
Verso 22.º y 23.º Pero el pozo te alarga manecitas de musgo,
/ insospechada
ondina de su casta ignorancia. El pozo retiene a la niña para sí, la
sujeta con sus manecitas de musgo. El
musgo verde, símbolo de muerte, la
atrapa. El pozo se la queda, cual ninfa acuática Ondina, de espectacular belleza y pureza; la niña es casta, es decir virginal, la pequeña
ahogada es inocente e ignorante de su tragedia, antes de caer en el pozo.
Verso 25.º No, que no desemboca. Agua fija en un punto,
agua estancada en un punto, fija como la muerte, de la que no se puede
regresar, el agua fija no se puede escapar a ningún lado, no se mueve, la
pequeña ahogada tampoco.
Verso26.º respirando con todos sus violines sin
cuerdas. Un violín si cuerdas, es un violín mudo. Como la niña ahogada,
ya en silencio, muda. Su cuerpo es pequeño, bien formado, proporcionado, pero
inútil, no suena, no puede sonar le falta lo esencial, lo que da vida al violín
las cuerdas. A la pequeña al igual que al violín le falta lo esencial de la vida,
el aire en los pulmones, ahora llenos de agua mortal.
Verso 27.º en la escala de las heridas y los edificios
deshabitados. El poeta, se refiere ahora al lugar desde donde escribe
el poema, la ciudad de Nueva York, el herido por el amor y aunque su dolor está
mitigado por la distancia de España,
aún hay dolor, su dolor está en
una escala menor en Nueva York. La
sensación edificios deshabitados, nos dice Lorca que la tiene en la gran
ciudad, donde los edificios, los rascacielos tienen grandes ventanales
iluminados hasta de noche, donde no se va a nadie, como si no se habitara en
ellos. También son los edificios deshabitados una cosa inútil como los violines
sin cuerda.
Verso 28.º ¡Agua
que no desemboca! Es el grito de
desesperación del poeta, que se repite como un eco en un pozo, eco que da
musicalidad al poema y circularidad. Grito que encierra toda la carga simbólica
del poema, la muerte y la pena que el poeta nos ha relatado a lo largo del
poema. Encierra también, toda la historia de la metáfora lorquiana del agua
estancada, parada, eternamente inmóvil, como la imagen de la propia niña
ahogada en el aljibe granadino que perdurará para siempre en el recuerdo del
poeta.
6.
Conclusión.
Como respuesta al
planteamiento inicial de la relación entre el agua estancada y la muerte, vemos
que es clara. El agua inmóvil, parada como dice en el poema en un punto fijo,
es la representación de la muerte, donde todo se para, el corazón deja de latir
y los pulmones dejan de “exigir el aire trece veces por minuto,” como como diría
Gabriel Celaya. Los cuerpos muertos también inmóviles como el agua del pozo o
las estatuas del inicio del poema. Lorca siempre obsesionado con la muerte,
posiblemente porque tenía miedo a esta, a lo incierto, dentro de la mayor
certeza que es la muerte. Lorca amaba la
vida y precisamente por este amor a la vida podríamos decir que se hallaba en
las antípodas del “muero porque no muero” de Teresa de Ávila. Estas ganas de
vivir son las que provocan esa obsesión por la muerte del poeta. Con todo en un
intento de escapar de la muerte personal el poeta trata de vincularse al mundo
duradero de la naturaleza, donde los ciclos vitales y cósmicos siguen su ritmo
inexorable de marcha infinita. Pero el individuo muere –aunque el poeta perdure
–y el mundo sigue. Nada se detiene. La resignación ante la muerte no solo
consiste en aceptar serenamente nuestro destino personal, sino también aceptar
que el mundo seguirá existiendo sin nosotros.
García Lorca en Niña ahogada en el pozo, al igual que
todo el poemario de Poeta en Nueva York, nos muestra un poeta que quiere romper
con la fama de poeta de los gitanos y folclórico que le acarreó Romancero Gitano –tan criticado, por
ejemplo, por su compañero de la Residencia de Estudiantes, Luis Buñuel –, pero
lo hace sin renunciar a sus símbolo, sin renunciar a la crítica social y al
capitalismo, poniéndose siempre al lado de los oprimidos y de los que sufren
algún tipo de represión, ya sea por su raza o condición sexual.
Lo que parece claro es
que el Federico García Lorca que se fue a América, preocupado por su condición
sexual, dependiente de su padre en lo económico, se quedó allí; a su regreso ya
no se preocupó de ocultar tanto su condición sexual, ni le creaba ninguna
contradicción; también su creación teatral tuvo gran éxito, lo cual le dio
independencia económica de sus padres. También en lo poético a raíz de poeta en
Nueva York, asumió cuotas de mayor dificultad en su verso como el Diván del Tamarit.
Bibliografía:
Eisenberg,
D. (1976). “Poeta en Nueva York”:
historia y problemas de un texto de Lorca. Barcelona. Ed. Ariel S.A
Gallego
Morell, A. (1993). Sobre García Lorca.
Granada. Publicaciones de la Universidad de Granada.
García
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Ed. Alianza Editorial.
García
Lorca, F. (2003) [1988]. Poeta en Nueva
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Jaén
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Nueva York en la obra escrita de Federico García Lorca. Alicante.
Publicaciones de la Universidad de Alicante.
Lopez
Castellón,E. (1981). F. García Lorca el
poeta ante la muerte. Madrid. Ed. Felmar.
Von Koppenfels, M.
(2007) [1998]. Introducción a la muerte. La poesía
neoyorquina de Lorca y el duelo de la lírica moderna. Zaragoza. Druck und
Einband: INO Reproducciones S. A. KASSEL. EDITION REICHENBERGER. 2007.
Einführung in den Tod. García Lorcas New Yorker Dichtung und die Trauer der
modernen Lyrik. Trad. José Luis Reina Palazón, revisión de Rosa
Rib
[1] Federico García
Lorca. (1984) Conferencias II.
Madrid. Ed. Alianza Editorial. p.14.
Frase pronunciada dentro de la conferencia: Imaginación,
inspiración, evasión. Texto recogido de El
Defensor de Granada. Granada, 11 de
octubre 1928.
[2] Ángel del Río
(1901-1962). Catedrático de Lengua y Literatura española de La Columbia
Universiti en Nueva York, amigo personal de Lorca.
[3] Federico de Onís
Sánchez (1885-1966) Profesor, filólogo, crítico literario e hispanista.
[4] F. García Lorca.
(2003) [1988]. Poeta en Nueva York. Edición
de María Clementa Millán. Madrid .Ed.
Catedra.
[5]Ibíd. p.65. Ver también
D. Eisenberg. (1976). Poeta en
Nueva york: historia y problemas de un texto de Lorca.
Barcelona. Ed. Ariel. pp. 164-166.
[6] Federico García
Lorca, conferencia recital Un poeta en
Nueva York. Conferencia pronunciada en diferentes ciudades españolas entre
1931 y1935. Recogida por la revista
digital Circulo de poesía 19/8/2016. circulodepoesia.com/…eta-en-nueva-york-conferencia
[7] Ibíd.
[8] Enrique López
Castellón. (1981). F. García Lorca. El
poeta ante la Muerte. Madrid. Ed. Felmar.
p.90. El entrecomillado de las
cursivas y las cursivas son mías.
[9] Ibíd. p. 90.
[10] Federico García
Lorca, Conferencias II, óp. .cit. p.29. La
mecánica de la poesía. La Habana, primavera de 1930. Texto publicado
en Diario
de la Marina.
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