Jorge va cada día al
laboratorio, busca ese enzima que acabe con el hambre en el mundo, pasa horas
detrás de un microscopio observando la multiplicación de las células de
crecimiento de las frutas y cereales.
Anoche se dejó la luz del microscopio encendida cuando se fue a casa a
descansar. Hoy al mirar por las lentes ¡No se lo puede creer! Esa última
amilasa que introdujo ha multiplicado por tres el crecimiento celular, ha sido
la luz. La mutación hará crecer más rápidamente los alimentos, se podrán
recoger más cosechas en el mismo tiempo. Jorge está feliz.