sábado, 27 de febrero de 2016

LA LINGÜÍSTICA EN LA ANTIGÜEDAD



LA LINGÜÍSTICA EN LA ANTIGÜEDAD (GRECIA Y ROMA)

INTRODUCCIÓN
Tal vez lo más característico de la vida humana sea la omnipresencia del lenguaje. El universo lingüístico nos envuelve de tal forma que no podemos salir de los límites que nos impone. No podemos observar desde fuera porque el más allá del lenguaje es imposible; lo posible y comunicable lo es desde el lenguaje.
 El lenguaje es un elemento constitutivo de la intersubjetividad y de la vida social.
La primera cuestión que se plantean en la Antigüedad es como hacerlo durar y perdurar, por ello empezaron a dejar rastros de escritura en cerámica en tabletas de madera o cera, más tarde apareció el papiro y el pergamino al principio estas inscripciones eran más de carácter administrativo que literario. El lenguaje es un instrumento excepcional para el paso de información, pero era necesario hacerlo también instrumento de almacenaje de información. Información que no estaba en el ADN sino que había sido adquirida por los hablantes.

LA LINGÜÍSTICA PRECIENTIFICA
La lingüística como ciencia autónoma, con sus propios métodos y objetos de estudio, no se consideró hasta el S.XIX.
En la fase precientífica fueron frecuentes las las reflexiones idiosincráticas y filosóficas sobre la naturaleza convencional o arbitraria de las lenguas, su superioridad o perfección o sobre su origen; claro que estas preguntas no  pueden ser respondidas en el marco de la lingüística precientífica, por lo que no pasaron de especulaciones razonables o de reflexiones valiosas pero no científicas; por ejemplo había la creencia que los climas eran responsables de la diversidad lingüística, las lenguas del norte aptas para la filosofía y la ciencia; las lenguas del sur aptas para el teatro y decir mentiras.

EL MUNDO GRIEGO
  La primera investigación sobre el lenguaje, en el sentido estricto, la lleva a cabo los viejos retóricos (la retórica arte de persuasión mediante la palabra). La palabra era un arma destinada a influenciar en el pueblo, delante un tribunal, en una asamblea pública o también en un elogio o el panegírico.
Gorgias, el sofista (profesores de retórica o pensadores a sueldo) afirmaba que quien poseía la palabra poseía una espada.
La especulación sobre el lenguaje empezó esporádicamente entre los retóricos presocráticos. Se discutían funciones fundamentales, hasta qué punto el lenguaje era “natural” o “convencional” y hasta qué punto analógico (estructurado y ordenado por reglas) y hasta qué punto es anómalo (variable, irregular e impredecible).
Ya Platón (428-348 aC) reflejó este problema en el dialogo Crátilo, lo cual quiere decir que Sócrates ya se interesó por estas cuestiones.
En el dialogo se preguntaba si la investigación sobre la forma y el significado de las palabras constituían una vía de conocimientos.
¿Las palabras eran un regalo del “Donante” de los nombres que otorgaba las designaciones correctas a las cosas y en este caso son inmutables? o ¿más bien las palabras han surgido de un pacto entre los hablantes? Platón en el Crátilo introduce el método etimológico, aunque de una manera intuitiva; intentó buscar correspondencias entre el sonido de las palabras y el significado, así las palabras con sonidos suaves hacen referencia a significados suaves y las palabras con sonidos ásperos hacen referencia a significados ásperos, pero abandona esta idea, porque dice que los poetas con sus artes y el pueblo con su descuido han roto el hilo con los Dioses y la palabra no puede constituirse una vía de conocimiento.
Aristóteles (384-322 aC) afirma que los signos lingüísticos son arbitrarios y no una herencia divina; habla de este tema en la obra retórica y poética.
A pesar del interés de Platón y Aristóteles por las cuestiones lingüísticas fueron los filósofos estoicos los primeros en reconocer a la lingüística como una rama separada de la filosofía.
En la época helenista se plantea el problema interesante sobre la irregularidad (caos) o la regularidad (cosmos) de la lengua, un problema que incidió en estudio de la gramática y en la constitución de las partes de la oración.
En el S.III y II antes de nuestra era en los centros culturales de Pérgamo (Asia Menor actual Turquía) y Alejandría (Norte de Egipto), acogieron a los filósofos estoicos
(Corriente filosófica que concibe el destino como prefijado, y a él hay que resignarse viviendo acorde con la naturaleza) Crisipo de Solos (Cicilia en la península de Anatolia) y Crates de Tebas (Grecia) y a los filólogos alejandrinos Aristarco y Dionisio de Tracia para regular la lengua griega, pensaron que el estudio de la lingüística era necesario ya que el imperio  de Alejandro Magno era muy extenso y dentro se hablaba lenguas muy diferentes; por ello crearon el instituto de enseñanza de la lengua griega (la lengua del imperio), como medio de cohesión y dominio de los pueblos bajo la influencia griega.
Dionisio de Tracia pública la primera gramática occidental con el título “Téchn­ê gramatiké” o Arte gramatical. Es una obra muy breve, de unas quince páginas, donde habla de las partes de la oración, conclusiones que han variado muy poco y algunas de estas definiciones llegando inalterables a nuestros días.
Las ocho partes en que divide la oración son: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción.

MUNDO ROMANO

La herencia griega fue decisiva en el trabajo de los gramáticos Romanos. Había semejanzas entre las dos lenguas tanto tipológicas como lexicales, tanta similitud había que se llegó a difundir la idea errónea que el latín descendía del griego con alguna mezcolanza bárbara. Los griegos y latinos tuvieron abundantes contactos con los Persas Antiguos, con cuya lengua también tienen semejanzas léxicas y gramaticales, pero nunca llegó a establecerse un origen común del Persa, griego y latín.
Marco Terencio Varro (116-27 aC) destacó por sus aportes originales, hizo un profundo análisis de la lengua latina, de la que investigo la gramática, su historia y su uso contemporáneo. Trató la cuestión sobre el lenguaje en general, como la controversia entre analogía y anomalía. Llegó a la conclusión de que el lenguaje es análogo, está gobernado por reglas y la tarea del gramático es descubrir y clasificar estas reglas; existen anomalías, pero son semánticas o gramaticales – dice – “estas deben aceptarse y registrarse, no  corresponde al gramático tratar de mejorar la estructura de la lengua desafiando el uso establecido”. Esta opinión era bastante revolucionaria, teniendo en cuenta  las ideas preconcebidas de la época o el gusto por las formas cultas, literarias o arcaizantes de la lengua; considerar que el mejor modelo de la lengua es el propio uso cotidiano rompía todas las estructuras culturales de la época.
Ya en la era cristiana aparecieron nuevos gramáticos que se constituyeron autoridades en la época medieval, especialmente Elio Donato (S.IV) y Prisciano Caesariensis (S.V-VI) este último tuvo influencia de escritores como Virgilio, Horacio, Cicerón, Ovidio, Lucano, Terencio, etc., de los cuales explicaba sus textos, escribió un tratado de gramática Institutiones Gramaticae (Fundamentos de Gramática). Donato escribió una obra breve De octo partibus orationes ars minor (Tratado elemental de las ocho partes de la oración) fundamento del Trivium o primer nivel en los estudios medievales.

VOCABULARIO

Gramática: del latín grammatica y hace referencia al arte de dominar una lengua de un modo correcto.

Lengua: conjunto o sistema de formas o signos orales y escritos que sirven para comunicación entre personas de una misma comunidad lingüística.

Lenguaje: es el medio de comunicación de los seres humanos, quien usamos signos orales y escritos, sonidos y gestos que poseen el significado que le hemos atribuido.

Lingüística: termino que deriva del francés linguistique, y es la ciencia que estudia la naturaleza y  las pautas que rigen el lenguaje.

BIBLIOGRAFÍA

Historia de la lingüística (J. Tusón).
Sebastià Serrano, La lingüística: su historia y su desarrollo.
Wikipedia, la enciclopedia libre.
Definición.De
Diccionario de la RAE.


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