El circulo de la Vida

En Piede de Muca, un pequeño pueblo de la campiña italiana vivía un pobre pastor que tenía dos cabras, una blanca con topos negros y una rubia con una mancha blanca en la frente. Cada mañana salía con ellas a las montañas, para que comieran hierba verde fresca. Cierto día, paseando por un pinar, sintió como un lloro de un niño, se acercó y pudo ver a un cachorro de perro abandonado, debía de tener pocas horas, lo cogió en brazos y lo apretó contra su cuerpo y salió corriendo hacia su casa. Crió a biberón al perro que creció fuerte. Se convirtió un perro precioso. Un día caminando con sus cabras y con Jim, que es como llamó al perro, de repente apareció ante ellos  un lobo inmenso negro como el carbón. Jim sabía que tenia que evitar que el lobo atacara a las cabras y a su amo, se plantó delante del lobo y como un rayo se abalanzó sobre él, la lucha fue intensa, Jim consiguió que el lobo hullera, pero las heridas que le hizo el lobo, eran mortales y murió casi en seguida. Pepo que así se llamaba el pastor, dejó a Jim allí para que alimentara a otros animales, en el círculo de la vida y se alejó llorando con sus dos cabras.

INTRODUCCIÓN AL PSICOANALISIS

Podemos definir al Psicoanálisis como un método creado por el médico, neurólogo y pensador austriaco Sigmund Freud (1856-1939). Tiene como como objeto la investigación y el tratamiento de las enfermedades mentales. Se basa en el análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se originan en la infancia, justo antes y durante de lo que podíamos llamar etapa del complejo de Edipo en el niño, es decir hacia los cinco años aproximadamente. Según Freud este conflicto puede llevar a en la edad adulta a desarrollar disfunciones de tipo sexual o síntomas patológicos como la histeria. En un principio se pensó que estos síntomas podrían ser lesiones cerebrales, pero el carácter intermitente de los síntomas hace ver claramente que hay un problema psicológico y no un problema anatómico; el síntoma es un símbolo que hay que descodificar. Freud sostiene que la histeria, por ejemplo es la manifestación mediante un signo de un bloqueo de origen sexual. Las personas sanas según Freud son aquellas que tienen una vida sexual bien llevada y tienen la energía de la libido equilibrada. La libido según Freud tiene que ver con la afectividad.
Freud define dos etapas cruciales en el desarrollo de niño, El principio del placer, el niño está con
la madre y disfruta con todo su cuerpo, se lleva cosas a la boca recordando los pechos de la madre, o disfruta con el acto de defecación, más tarde va descubriendo su cuerpo, los genitales y a medida que crece va descubriendo su sexualidad; y El principio de dolor o de realidad, cuando el niño empieza a separarse de la madre y descubre que el padre se interpone entre él y su madre. El niño se mueve desde el nacimiento entre El principio de placer y El principio de realidad.
Freud, descubre que una parte de nuestra conciencia se nos escapa al control que tenemos sobre la mente, el subconsciente. Entre nuestro consciente y nuestro inconsciente hay una relación dinámica, en el inconsciente almacenamos nuestros pensamientos y nuestros recuerdos que son transcendentes. Al almacenarlos en el inconsciente no lo recordamos y nos permite vivir tranquilos. Freud dice que el niño en la fase edípica, el niño ve que no puede acercarse al cuerpo de la madre, porque el cuerpo está vigilado por el padre. Cuando el niño crece y al recordar los pensamientos hacia sus padres, lo que hace es borrarlos y los oculta en el inconsciente.
En el periodo de latencia (antes de la adolescencia) el niño no quiere saber nada de la sexualidad y la recupera en la adolescencia y perdura en la edad adulta. Los conflictos vienen cuando la sexualidad no ha sido bien resuelta. La perversión para Freud es tener placer sexual con fases que pertenecen a la infancia como el voyerismo. En la época actual ha habido un cambio en la moral, y la homosexualidad, por ejemplo para Freud era una perversión y para nosotros no lo es. Pero los problemas de relación con la sexualidad y las relaciones están vigentes. Las represiones no superadas de las pulsiones sexuales en la infancia producen perversiones en la edad adulta. Al neurótico su moral no le permite reconocer su perversión o no se da cuenta de esta perversión y vive una experiencia dolorosa, no placentera, cuando no es consciente del síntoma, cuando no es capaz de reconocer está fantasía insatisfecha queda sepultada en el inconsciente y se produce la neurosis
Freud habla de Pulsiones, y diferencia entre pulsión e instinto. Los animales se mueven por instinto y los humanos se mueven por pulsiones. El instinto tiene un objeto determinado, tiene un fin determinado. La pulsión tiene más libertad de elegir los objetos que llenan su satisfacción, las hay por ello de mayor libertad y de menor libertad. Las pulsiones sexuales tienen más energía que las pulsiones del yo (relacionadas con el principio de realidad). Las pulsiones los humanos las solemos tener sobre un objeto imaginario y van acompañadas de alguna representación psíquica. Freud habla de plasticidad pulsional cuando el hombre o la mujer moldean la pulsión o la fantasía que tiene para adaptarla a las imágenes que tienen almacenadas en el cerebro. Nuestro cerebro selecciona imágenes que vemos como fotografías y las revelamos, es decir las recordamos, son nuestra representación pulsional. Las primeras son de la madre y evocan las primeras forma de placer del niño, las primeras formas de autoplacer, la autoestimulación. Llega un momento en que el niño tiene que sacar el erotismo hacia fuera y el niño hace el paso de buscar el placer también en el otro. Junto al principio de placer, está el principio de realidad que produce represión y dolor que empieza como ya hemos dicho con la separación de la madre. En la represión hay que diferenciar entre las leyes de represión internas y las leyes de represión externas, en la represión externa que son leyes que nos vienen de fuera, son dadas o aprendidas por la moral. Así podemos encontrar cuadros como la psicosis donde no hay separación de las fantasías de la realidad, donde hay un principio del placer poco reprimido o neurosis donde las fantasías y el principio de placer están altamente reprimidos.
Freud hace referencia a la sublimación y explica que cuando sentimos una pulsión, que puede ser por nuestra madre, mediante la plasticidad pulsional cambiamos el objeto de nuestro deseo de placer y desplazamos hacia otro objeto que puede ser un objeto ideal, una experiencia cultural cualquiera o desarrollar algún talento especial y hace que el hombre avance. El hombre vive siempre reprimido, el hombre a de conseguir superar esta represión, llegar a lo sublimación y así avanzar consiguiendo el equilibrio.
Freud comenta las fantasías son muy importantes para él. Freud se encuentra que tiene muchos pacientes que narran malos tratos infantiles y esto le producía la enfermedad de adultos. Pero descubre que muchos relatos que explican los pacientes eran simples fantasías de los niños que de adultos recordaban como sí hubiesen sido realidad. Freud se da cuenta que son fantasías reprimidas inconfesables que se presentan en la conciencia como una experiencia dolorosa.
En 1900 Freud publicó La interpretación de los sueños, Freud se dedicó durante años a estudiarse y analizarse el La interpretación de los sueños son los sueños del propio Freud, que curiosamente anoto de niño con una visión de futuro increíble. Freud diferencia entre los sueños y sus fantasías nocturnas y las fantasías diurnas. Freud comenta: los niños no se avergüenzan de sus fantasías, el adulto se avergüenza de sus sueños diurnos o fantasías diurnas (por el principio de realidad). Freud dice que estas fantasías diurnas son “el principio de creación literaria” de los poetas, los poetas son aquellos adultos que no se avergüenzan de sus fantasías. El sueño nos compensa de nuestros deseos no realizados, mediante el sueño satisfacemos nuestras fantasías (principio del placer), las pesadillas son el castigo por el deseo satisfecho (principio de realidad)
Freud sostiene que los niños desde el nacimiento tienen tendencias masculinas y femeninas, luego con el crecimiento va tomando inclinación hacia lo masculino o lo femenino, por su anatomía, por convenciones sociales y culturales que marcan un comportamiento. El niño siente todo su cuerpo como un órgano erógeno, más tarde tendrá pulsiones hacia el exterior o hacia el interior, hay pulsiones positivas y pulsiones negativas reflejadas en órganos erógenos: pene y clítoris pulsiones positivas externas; Vagina y ano pulsiones negativas internas. En las paranoias las personas tienen fantasías delirantes no aceptadas. Las paranoias pueden ser sádicas (pulsiones ext.) o masoquistas (pulsiones inter.). El niño se fija en un objeto, se hace una imagen de este objeto, esta imagen la convierte en palabras y a estas en pensamiento, es decir que guarda la imagen en el subconsciente. El principio de realidad son imágenes en nuestra mente. El consciente es el lenguaje, el preconsciente es la imagen y el inconsciente la fantasía. El niño experimenta en el juego la realización alucinatoria del deseo, los adultos no tienen el mismo desparpajo en explicar las fantasías, podemos decir que el adulto para dar rienda suelta a sus fantasías tiene la poesía. La fantasía disfraza la realidad, el adulto con la fantasía disimula el deseo.
En las novelas populares expresa la fantasía, convierte al yo en un ser protegido, la novela verbaliza nuestras fantasías, manifiesta lo oculto, florecen nuestros sueños diurnos, la novela presenta personajes completamente buenos y personajes completamente malos. ¿Por qué queremos escribir un poema o un texto literario? Queremos descargar a través de estos textos una fantasía, un hecho, una anécdota, con el texto la evoco y me libero de este bloqueo, permitiéndome convivir con mi fantasía y no volverla patológica, que no se manifieste un signo. Los contenidos desagradables con la manipulación del poeta, nos parecen agradables, sentimos placer ante incluso de descubrir lo que oculta y que nos da placer. La palabra libera la imagen y descarga un placer, la palabra es placer. Yo me veo reflejado en el texto del poeta, hago sus fantasías como mías, me identifico como en un espejo.
Freud habla de la psicología de las masas Psicología de las masas y análisis del yo (1921). parte de un texto de Le Bon (Gustave Le Bon, 1841-1931) que habla de las muchedumbres, dice que en una multitud las reglas individuales desaparecen, en la normalidad de la vida tendemos a diferenciarnos, en cambio en una masa la tendencia es opuesta y aflora todo lo que me hace igual a los demás y además de una manera emotiva, aflora el inconsciente colectivo que forma parte de nuestra tradición, tesis sostenida también por Jung (Carl Gustav Jung, 1875-1961) lo heterogéneo se disuelve en lo homogéneo, el individuo se siente más potente, invencible, contrario a lo que siente individualmente, de la responsabilidad y se pierde el sentimiento moral, no se ponen freno a los instintos más básicos, la masa actúa contagiándose los unos de los otros. La relación de los individuos dentro de la masa es una relación afectiva, la sugestión que provoca la unión de la masa cubre esta afectividad, se sustituye el amor a uno mismo por un amor a los demás. Freud dice que en la masa hay un elemento catalizador un jefe, al cual amamos, hay una proyección hacia la figura del jefe al igual que el niño hace con su padre, jefe todo poderoso para él al que convierte en ideal.
Freud dice que esto es ancestral, que hay una castración simbólica por parte del padre hacia el niño, más tarde el niño mata simbólicamente al padre para sustituirlo y lo convierte en objeto de veneración, este hijo abandona la familia para forma su propia familia, y pasa de vivir una Psicología colectiva a vivir una psicología individual, el primero que hizo esto según Freud fue el poeta épico, transformando la realidad en el sentir de su deseo. Inventó el mito heroico. El héroe es el que mata al padre y aparece como el héroe del mito que mata al monstruo. Luego convierte al padre en un ideal, el ideal del yo.
Freud en Más allá del principio del placer (1920), comenta que hay personas que van más allá del principio del placer, no solo buscan placer, hay personas que por traumas como el de la guerra mediante el sueño vuelven a vivir las experiencias de la guerra, es una repetición imaginaria, la persona no tiene ningún poder frente a esta neurosis que no puede controlar. Queda sustituido el principio de placer por el principio de realidad, por el principio de supervivencia. Esta obsesión por revivir el trauma Freud dice que es como una especie de retorno al principio del placer, hay unas pulsiones que son más antiguas que el principio del placer, aunque tienen relación; es la angustia que me prepara para el posible peligro y me protege, la angustia está al servicio de la supervivencia te prepara para el dolor que te puede ocurrir. Todo ser vivo necesita la angustia, sirve para dominar la excitación y no contradice al principio del placer. La angustia se presenta como una necesidad interior del yo, estamos programados para la angustia, hay unos mecanismos que nos hacen repetir las mismas experiencias. Nos podemos preguntar ¿qué relación hay entre la pulsionalidad y la repetición compulsiva? La pulsión es la condición del humano a reconstruir un estado anterior. Esta es a la conclusión que llega Freud sobre la repetición de los pensamientos obsesivos.
Nosotros estamos programados para la muerte, la pulsión a última hora es volver a antes de la vida, el regreso al principio una sola célula que se divide, formando un cuerpo biológico que tomara conciencia, la conciencia viene de fuera. El destino de los humanos es morir, hay un ciclo. Podemos decir que hay pulsiones de muerte y pulsiones de vida, es decir pulsiones sexuales que aplazan la muerte, estas pulsiones están situadas en las células germinales. Se puede decir que esta es la única forma de inmortalidad, el ser humano y todos los seres vivos se perpetúan a través de los genes.
El ser humano lleva el sadismo dentro, el único sadismo aceptado es el dirigido a la relación sexual. Estamos condenados a la violencia, si queremos vivir moderadamente bien tenemos que aprender a controlarla. La violencia primera es hacia nosotros mismos, podemos decir que la primera pulsión es masoquista, es decir de auto destrucción.
La resistencia, es el primer problema que tiene que vencer el analista, el enfermo tiene una actitud de rechazo a la terapia (es cierto que el primer paso para la curación está dado, pues el enfermo ha ido al analista) que le propone el analista. La terapia consiste en llegar al inconsciente y el inconsciente se opone a que entren en él, porque hay experiencias (que la mayoría son fantasías) y sueños que no queremos que se entre en ellos.


Jorge Martín Gálvez