sábado, 18 de abril de 2015

IGUALDAD ENTRE SEXOS

Los hombres y las mujeres no somos iguales ni de genero, ni mentalmente. Si lo somos en la condición de seres humanos, bípedos biperestados, con inquietudes mentales superiores y con un lenguaje abstracto, arbitrario y convencional. Somos iguales como seres, y por desgracia no se refleja en nuestra sociedad machista y cargada de tópicos clasistas.
Ya la lengua marca diferencias más que notables en la designación con palabras femeninas de cosas malas en si y de cosas buenas con palabras masculinas - es cierto que el concepto mala y bueno es discutible desde la óptica filosófica, pero eso se puede discutir otro día- por ejemplo: coñazo-cojonudo, putada-favor,etc.
Los colores tradicionales para cada sexo, colores fuertes hombres colores suaves femeninos: rosa-rojo, lila-azul,etc.
Verdaderamente desde el principio de los tiempos y con la distribución de los trabajos cotidianos el hombre fue manifestando una hegemonía sobre la mujer basada en la mayor fuerza física masculina y por el hecho de ser la mujer la que gestaba a los hijos, han pasado miles de años, incluso millones y seguimos con un reparto igual, el hombre desde la época cavernícola apenas si a avanzado en este terreno. La discriminación durante siglos y siglos tratándolas como seres de segunda clase: no podían votar, no podían pedir un crédito,etc.
La igualdad entre hombres y mujeres será efectiva el día que cobren los dos lo mismo por un mismo trabajo, el día que un hombre mire a una mujer como un compañero de especie y no como un objeto de placer, el día que no hayan cupos para garantizar la presencia de mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, que una mujer sea ministra, presidenta de un consejo de administración de un banco, conductora de camión,panadera o albañil y que nadie se sorprenda. Al igual si un hombre se queda en casa haciendo los trabajos del hogar y cuidando los niños de la pareja y nadie se sorprenda porque sea la mujer la que sale todas las mañanas a trabajar fuera del hogar.
Tenemos que superar muchos complejos de la época cavernícola si de verdad queremos llegar a ser una sociedad justa e igual sin distinción de sexos. El hombre ha de erradicar ese sentimiento paternalista en algunos casos y de propietario en otras sobre las mujeres - me refiero a la violencia de genero- para hacer una sociedad más justa y más harmónica. Hay que hacer una mirada a nuestro interior y eliminar todo sentimiento de superioridad y tradición ancestral.

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