sábado, 20 de julio de 2013
Mis mujeres
Mis mujeres.
Las mujeres han influido mucho en mi vida, y diría que ha habido de todo, aunque la mayoría y diría que me han hecho sufrir, más que nada por mi carácter enamoradizo.
Cuando tenía dieciocho años, me apunté a un grupo de catequesis donde conocí a la que sería mi primera relación seria, era la responsable del grupo, una chica cuatro años mayor que yo, y estudiante de historia. Por aquella época ella tenía novio, llevaban varios años juntos, pero cierto día ella se enteró que también llevaba varios años engañándola, así que un año más tarde coincidiendo en una fiesta en casa de una amiga, nos liemos y empecemos una relación que no sería muy larga pero fue intensa.
Yo por aquel entonces estaba al principio de la “mili” y venía a casa de permiso los fines de semana. Ella que a pesar de ser socialista – ha estado en el consistorio de Sant Celoni varios años como regidora – tenía unas pretensiones un poco altas y mi sueldo de mecánico no le parecía suficiente, total que al final lo dejamos correr. El tiempo siempre lo he dicho pone a cada uno en su sitio y al final ella termino trabajando como secretaria, de personal pero secretaria de una empresa química.
Eso sí cuando estaba en la “mili” me escribía unas cartas maravillosas, llenas de pasión y romanticismo, tal era así que me sentía anonadado y tenía que pedirle a un compañero mío de canarias que me ayudara a contestarle del mismo modo, ella se quedaba estupefacta con mis cartas, me decía: “no sabía que tuvieras una vida interior tan sensible”…
El caso es que se terminó, ella me pidió perdón el día que decidí dejarla, pero yo era un crio y además cabezón, le dije que no seguiría con ella.
Poco tiempo después hacia el final del servicio militar conocí una chica que era novia de un amigo, de hecho me la presentó él. Vivía un pueblo al lado del mío.
Un día estaba yo en la discoteca por la noche solo y ella se me acercó, le pregunte por mi amigo y me dijo que había roto con él, porque desde que me conoció no había hecho nada más que pensar en mí. Caí rendido a sus pies. Días más tarde hable con mi amigo y me dijo que no le importaba que estuviera con ella.
Era una chica muy cariñosa y atenta conmigo, un poco acelerada quizá – un día visitó a mi hermana quedaron que irían a comprar toallas para el ajuar de matrimonio, cuando me lo contaba en una carta que me envió a Madrid no daba crédito –.
La verdad creo que esos meses fueron los últimos de mi vida donde todavía vivía sin preocupaciones, era un muchacho más, a raíz de mi rotura con ella, también empezaron mis problemas más personales, con mi padre por ejemplo que empezó a meterse más conmigo, cosa que nunca había hecho.
Fue una relación llena de desgracias tuve dos accidentes seguidos, uno con una “moto” que me prestaron, cuando iba a verla a su pueblo, que me produjo conmoción cerebral con pérdida de la conciencia, lo que me llevó a pasar una noche en el hospital en la UVI., me dieron el alta al día siguiente. Fue un suceso que me preocupó mucho y durante mucho tiempo, choqué contra una chica y su hermano que iban en una motocicleta de frente, rompiéndose ella el maxilar inferior y su hermano haciéndose una brecha en la cabeza.
Como la moto que yo llevaba no tenía seguro y el hospital quería cobrar las curas. Tuvo que ir mi madre a Barcelona varias veces para solucionar el problema y al final los gastos los asumió la seguridad social.
Tres días más tarde se presentó ella en casa con dos amigos suyos, salimos y fuimos a un bar sus amigos bebían “cubatas” como si fuera agua, al coger el coche y pasar por una calle cerca de Hospital de Sant Celoni, se saltó un stop y chocó contra otro coche, que llevaba un bebé en los brazos de su madre. Estos dos sucesos provocaron un sentimiento de superstición en mí.
Esto y que a mi madre no le hacía mucha gracia que estuviera con ella, por su pasado un poco ligerito de cascos, hizo que rompiera con ella. La rotura fue muy dramática dijo “que se iría a Sevilla a casa de una tía, pero no… no se fue, lo que hizo fue empezar a salir con un chico de un pueblo cercano al suyo.
Esta chica creo que me quería de verdad, pero eso ya es harina de otro costal.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario