Los
libros digitales, ¿estímulo o sentencia de muerte para las editoriales?
Los libros electrónicos
no acaban de calar en la sociedad actual, cada vez más informatizada, pero
tradicional en lo referente al soporte de su literatura.
Las ventas de libros electrónicos
están a gran distancia de las de los libros editados en papel; el libro más
vendido en 2013 en España registró 1900 descargas y el segundo 1500, lo que
significa que por cada 200 libros vendidos impresos en papel se vende 3 libros
electrónicos. Así, las ventas de libros digitales, son tan solo el 5% del total
de la facturación de las editoriales. Pese a ello, algunas editoriales, que se
dedican solo a la impresión en papel, culpan de la caída de las ventas en el
sector a la aparición del libro electrónico. Sin embargo, un análisis detallado
de la situación muestra que la industria editorial sufre una crisis estructural
y coyuntural, que sus resultados no
difieren en demasía de los registrados en otros sectores de la economía, donde
la crisis también es patente.
Con todo, las editoriales deben aprovechar la
incipiente aparición de nuevos lectores, lectores que no leían libros impresos
en papel, que ya sea por adherirse a la
moda o simplemente el aparentar ser modernos se han comprado un libro digital.
Por supuesto, las editoriales deberían ajustar el precio de la descarga del libro,
que difiere muy poco del precio del libro en papel, y así se evitaría en gran
parte la cantidad de descargas ilegales
que se hacen vía internet.
En conclusión, el libro digital no significa
ninguna amenaza para las editoriales que editan en papel, al contrario, podría ser
una nueva fuente de ingresos y una manera de aproximarse al nuevo lector, que
en su mayoría acaba consumiendo también libros impresos en papel.
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