Os dejo un poema de mi cosecha que me inspiró un cierto día una discusión entre hermanos que por desgracia escuche. No era nadie de mi familia, fue un día en el trabajo.
Madre
Con la piel arrugada
por el tiempo y sus vivencias,
sentada en un rincón...
la madre piensa.
En su vida dura
de trabajo diario,
sin descanso, marido, hijos y nietos.
Mientras tuvo fuerzas
la quisieron.
Ahora derrotada por el tiempo,
los hijos discuten
por quién se la ha de llevar...
¡Nadie la quiere!
¡No sirve ya!
¡Es un estorbo!
No recuerdan
que los amamantó
con su sangre,
que ella les entregó
sueño y vida,
que marcó su rostro
con arrugas,
por el sufrimiento, por el llanto
de sus hijos.
Nadie la consolaba a ella,
trabajo y más trabajo diario.
y ahora... nadie la quiere.
Su cabello cano,
su rostro arrugado
en un rincón llorando por dentro
para no molestar.
Sus hijos discutiendo
por quién se la ha de llevar.
ya no sirve,
ya no vale,
sólo es una vieja.
Jorge Martín
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