Hoy retomando el tema de ayer -el haber dejado los estudios- voy hablar de una cosa que me afectó muchísimo, mejor diría que me afecta todavía mucho y es la muerte de mi compañero de estudios Luís. Luís era una persona maravillosa, lo conocí en los primeros días de universidad siempre atento conmigo novato en los estudios en general, pueblerino y mayor -entre en la universidad con 47 años-. Luís hacia muchas preguntas a los profesores, aveces hasta el absurdo, tenia muchos conocimientos y eso inquietaba a algunos profesores. Él tenía un año menos que yo y llevaba años en las aulas estudiando Humanidades a un par de asignaturas por año lo cual provocó que la carrera que estaba cursando no la pudiera acabar por el cambio de plan de estudios del Programa Bolonia.
Luís tenía problemas psiquiátricos que no le impidieron ser funcionario del Estado o casarse, pero que le provocaban en su alma sensible deseos de morir, el era una persona muy querida por los que lo conociamos, pero él no se sentía querido, la mente nos juega estas malas pasadas. Pensamientos incontrolables para él. Aveces unos pequeños contratiempos, un gesto de algún conocido, una respuesta no esperada de alguno provocaban en el deseo de suicidio... Y lo intentaba. Muchas veces su paraja lo salvó de la muerte. Lo cierto es que él hablaba abiertamente de ello, yo creía que lo hacia para llamar la atención y fribolizaba con lo que él me contaba, incluso cuando él me hablaba de perfecionar el suicidio. El analizaba donde había fracasado y me decía "la proxima vez esto no lo haré y así no fallaré" y yo lo animaba. Por ello me sentí muy culpable cuando me enteré que lo había conseguido. Sus familiares más cercanos lo vivieron como una liberación para él pues decían que sufría mucho con el mundo que lo rodeaba y es cierto, pero tambíen parecia ilusionarse con proyectos que tenía en su cabeza y hablaba del futuro "los dos viejitos en la universidad" decía muchas veces y otras cosas por el estilo y eso hacía que yo no le diera importancia a sus intentos de suicidio. Aunque la verdad sea dicha y pensando friamente, el más minimo contratiempo que se le pasara por su cabeza le empujaba a esas ideas suicidas y yo no lo vi o no lo quise ver.
Bueno este suceso y el hecho que a los pocos meses de su muerte nos confinaran por la Covid provocaron en mí un hastío de mis viajes a Barcelona a la universidad en tren y con ello mi renuncia a acabar mis estudios. A lo mejor no he acabado el Máster en homenaje a mi "compañero del alma" que dfiría el gran poeta Miguel Henández que a él le gustaba tanto.
Bueno amigos hasta pronto.
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