Hoy para no era un día cualquiera
para el Dr. Nieto. Tenía ante sí una operación muy complicada, una operación a
vida o muerte. Su paciente era Julián, un niño de tan solo diez años con un
tumor en la hipófisis.
Ya está todo preparado para la
intervención, una sabana cubre todo el cuerpo de Julián, excepto la abertura
por donde el doctor ha de hacer la incisión. Con el bisturí en la mano al
doctor se le aparecen imágenes de su hijo, que más o menos tiene la edad de
Julián y la misma mirada inquieta. Un fallo.
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